El alemán y el norteamericano protagonizaron un apasionante duelo, donde la fortuna parecía estar en un lado, pero finalmente terminó en el otro.

Generalmente, en el poker los mejores jugadores y los que toman las mejores decisiones llegan a las instancias finales, pero hay veces que la suerte ejerce su influencia, tal como pasó en el duelo que protagonizaron Max Heinzelmann y Freddy Deeb.

El norteamericano, en algo que se podría tomar como fortuna, obtuvo un par de Ases en la mano e hizo importantes raises pre-flop, pero se encontró con un atrevido alemán que, pese a contar con A-6, se fue All-In.

Todo indicaba que la jugada del germano, con muy pocas posibilidades de triunfo, había sido errada e inexplicablemente osada, pero, increíblemente, las cartas se fueron poniendo de su lado.