El WSOP 2005 fue jugado en pleno auge del poker a nivel mundial y comenzó mostrando en televisión una brutal mano que dejó a uno de sus protagonistas con máximos niveles de decepción

La mayoría de las veces, las primeras manos suelen ser meros testimonios de lo que va a ser un torneo. Las menos, nos traen alguna sorpresa que puede terminar en alguna desgracia o premio relativo. Pero jamás nos imaginamos que pueden decidir nuestra historia en un torneo, como ocurrió en la WSOP 2005.

Sammy Farha y Oliver Hudson fueron los protagonistas de una inolvidable mano que nos confirma cuan cruel puede ser la diosa fortuna, aquella dosis de suerte que le da al poker el toque mágico que lo hace impredecible.