Ayer 15 de Abril, se completó una década del día en que se detuvo el póker mundial. El 15 de abril de 2011, que siempre fue conocido en el medio como “Black Friday”, trajo una gran desesperación, millones de dólares congelados y el descubrimiento de escándalos en algunas de las plataformas de póker más grandes en ese momento.

A diferencia del famoso Black Friday, en el que la gente acude a las tiendas por grandes descuentos, en el póker fue el día en que los principales sitios del mundo paralizaron sus operaciones. De la noche a la mañana, PokerStars, Full Tilt Poker y Red Cereus, la empresa que dirigía UltimateBet y Absolute Poker, fueron eliminadas.

La demanda provino del Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ), en conjunto con el FBI. Las denuncias fueron numerosas como blanqueo de capitales, fraude bancario y operación ilegal en Estados Unidos. Todos los que intentaron iniciar sesión en uno de los sitios se enfrentaron con un mensaje aterrador del Departamento de Justicia y el FBI, diciendo que “el dominio había sido confiscado”.

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Se impidió a los jugadores acceder a sus cuentas y se congelaron millones de dólares de los usuarios. El resultado fue un verdadero caos en la comunidad, un futuro lleno de incertidumbre y desesperación. Como resultado, el circuito de torneos en vivo e incluso los medios de comunicación especializados de todo el mundo se vieron afectados por la caída de los principales patrocinadores.

El primer sitio en reconstruir fue PokerStars. La sala, que mantuvo separados los fondos de los jugadores, aseguró que todos los jugadores estadounidenses retiraran sus fondos en el sitio y continuarían operando normalmente en otros países. Ya su principal competidor en ese momento, Full Tilt Poker, la situación era mucho más delicada.

Con las investigaciones, se constató que la sala no contaba con fondos suficientes para pagar a todos los jugadores. Esto se debió a una mala gestión, que pasó a ser considerada un esquema Ponzi, donde utilizaban nuevos depósitos para pagar retiros, ofrecían crédito a jugadores patrocinados, entre otras prácticas que volvían insolvente al sitio.

Más de un año después, tras un acuerdo con el DOJ, PokerStars compró FTP para solucionar el problema y se comprometió a pagar a todos los afectados. Como resultado, todos los clientes en el sitio anterior también recibieron el 100% de sus fondos. Hace dos meses, después de 17 años, la empresa desactivó definitivamente FTP.

El caso de la red Cereus fue aún peor. Además de los problemas de mala administración, también se descubrió un escándalo de “superusuario”. Esto significa que un perfil específico de Absolute Poker podría ver las cartas de los oponentes durante la mano. En 2017, el fundador del sitio web recibió su sentencia de la justicia. Los jugadores se quedaron siete años hasta que pudieron devolver sus fondos, pero también los recibieron en su totalidad después de un largo proceso.

Diez años después de que a los jugadores estadounidenses se les impidiera jugar en los principales sitios, la situación para un posible regreso al póker en línea en el país nunca ha sido más favorable. En enero de este año, una decisión sobre la “Wire Act”, una ley creada en 1961, declaró que no se refiere al póker en línea, abriendo la puerta para el avance del póker interestatal en el país. Hoy en día, los jugadores de Nueva Jersey y Nevada ahora pueden jugar entre sí, pero estados como Pensilvania, Delaware, Virginia Occidental y Michigan, que han legalizado el póker, pueden comenzar el proceso para formar un gran grupo único de jugadores en el país.

En todo el planeta existen varias normativas. Algunos países pueden tener el juego solo entre ubicaciones o compartiendo mesas con naciones vecinas, como es el caso de la liquidez compartida entre España, Portugal y Francia. Si el golpe fue grande hace diez años, el potencial del póker en línea, si se lanza en otros países y con la expansión en los Estados Unidos, es aún mayor.

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