Con su eterna sonrisa en las buenas y malas situaciones, es uno de los jugadores más carismáticos del mundo profesional del póquer; esto hace que nadie pueda estar mucho tiempo enfadado con él a pesar de generar constantes controversias por decir sin tapujos todo lo que piensa. Quizá el jugador con el mayor talento natural que existe: Daniel Negreanu.

Constantin Negreanu tenía sólo 10 años cuando un soldado nazi borracho lo subió al banco de una plaza rumana y le puso una pistola en la boca. El pequeño aprovecho la ebriedad de su atacante para arrebatarle la botella que llevaba, romperla contra el respaldo del banco, y clavársela luego en el cuello mientras el rostro del soldado pasaba de la risa al asombro. Constantin nunca supo si el soldado murió o no, porque corrió sin mirar atrás hasta que sus piernas no le respondieron más.
A los 13 años y tras la Segunda Guerra Mundial abrió un pequeño taller de reparaciones de radios, y a los 16 utilizó la dura experiencia de su infancia para ganarse la vida como boxeador. Años después conoció a Annie en una de las tantas reyertas que lo tenían como partícipe principal en los bares de la ciudad. La relación con la joven muchacha lo atemperó, y en 1967 -ya como el matrimonio Negreanu- decidieron buscar mejor suerte en Toronto, Canadá.
Allí Constantin trabajó como electricista y Annie de niñera, y buscaban agrandar la familia. Esto no fue sencillo porque Annie sufrió varios abortos espontáneos, pero finalmente pudo traer al mundo a dos vástagos; el más pequeño de los cuales llegó bajo el signo de Leo un 26 de julio de 1974, y recibió el nombre de Daniel.
Su infancia fue la normal de cualquier niño de clase media de los suburbios de Toronto, con amigos, juegos, y deportes, especialmente el hockey sobre hielo.
Con la llegada de la adolescencia descubrió el gusto por otros juegos como el pool, el blackjack, y toda clase de apuestas; hasta que sus amigos lo introdujeron al póquer a los 15 años.

"Perdí mis $10 esa primera noche," recuerda Daniel, "pero a partir de allí comencé a jugar póquer con frecuencia."

El gusto por el póquer creció con Daniel, que a los 18 jugaba 40 horas a la semana y ya había dejado de ser un jugador impetuoso que presionaba constantemente, para pasar a darle estilo a su juego y añadirle su capacidad innata para leer a los demás, algo que fue puliendo con el correr del tiempo.

"A esa edad ya ganaba más de lo que perdía. Era muy observador y aprendía de los que jugaban mejor que yo simplemente viendo cómo jugaban aquellas manos que eran difíciles para mí."

Durante esos años también conoció a una chica con la que comenzó a salir, principalmente porque ambos compartían la pasión por el póquer: Evelyn Ng. A los 21 (1995) decidió que quería dedicarse de lleno al póquer y abandonó sus estudios cuando le faltaba muy poco para terminarlos, a pesar de la negativa de sus padres. Se mudó a Las Vegas, donde comenzó a ser conocido como Kid Poker por ser siempre el más jóven -de edad y apariencia- en las mesas.

"Tendré que buscarme otro pronto, ¡cuando tenga 50 años ya no me irá!"

Luego de un comienzo dubatitativo, Daniel tuvo sus primeros éxitos grandes en 1997. Logró tres primeros puestos en eventos del World Poker Finals del Foxwoods y en Los Ángeles, además de varias otras cajas, que serían un precedente del salto que daría al año siguiente.
1998 representó para el conseguir su primer brazalete de las World Series of Poker al ganar un Pot Limit Hold’em de $2.000 que le significó un primer premio de $169.460. Con sus 24 años se convirtió también en el más jóven jugador de ese entonces en lograr un brazalete.
A partir de ese logro sus torneos se cuentan por mesas finales, logrando 11 de ellas antes de tener un "mal" resultado con un 12º puesto en un Omaha 8 o Mejor (su juego favorito) de $2.500 en las 1999. Ese año fue cuando despegó verdaderamente su carrera profesional de póquer, sin tener ya que preocuparse por tener suficiente para vivir y jugar en los casinos.
Sin embargo, las grandes cantidades de dinero comenzaron a afectar su vida y su juego. Podía gastarse $2.000 en un juego de golf que terminaba con una comida de cinco estrellas y vinos de $300 la botella.

"Podía malgastar fácilmente $30.000 en una noche en una mesa de $400/$800 del Bellagio. No me lo tomaba en serio."

Estos tropezones le sirvieron a Daniel para enderezar su vida, fijarse objetivos, y asentarse como jugador profesional, algo que aún hoy le sigue reportando éxitos. Tan seriamente se lo tomó que abandonó definitivamente el alcohol, y su alimentación hoy es vegetariana.

"¿Cómo puedes hacerte una carrera si te emborrachas en el trabajo? Tuvo que aparecer el hambre para que resurja mi determinación. Afortunadamente recapacité y pude dejar eso atrás."

Los años siguientes Daniel logró innumerables mesas finales -y un brazalete más en las 2003- y cajas que lo mantenían en la escena grande del póquer profesional, y así llegó 2004, año en que se convirtió en una celebridad mundial.
Sus cinco mesas finales en las , un brazalete en un Limit Hold’em de $2.000, su segundo puesto en el Party Poker Million III Limit Hold’em, y sus victorias en el Plaza, en el WPT Borgata Open, y en el WPT World Championship lo hicieron merecedor de los títulos 2004 ESPN Player of the Year, 2004 Card Player Magazine Player of the Year, y 2004 World Poker Tour Player of the Year.

"Es uno de los grandes jugadores de todos los tiempos. Quizá el más grande," dijo de él Doyle Brunson a la revista New York Times. "Lo único que puede hacerlo caer es olvidar quién es."

Además de reconocimiento y mucho dinero, el éxito le trajo un trabajo: Embajador de Póquer del Casino Wynn. Sin embargo, no duró mucho allí puesto que le exigía jugar exclusivamente en ese casino, y se perdía el Big Game del Bellagio.
El 2005 no trajo muchos éxitos en el póquer a Daniel, pero es que el hombre tenía cosas mucho más importantes en mente: el 19 de agosto de ese año contrajo matrimonio con Lori Lin Weber, y desde entonces vive con ella y Mushu -el perro chihuahua de ambos- en Las Vegas.

"Cuando conocí a Lori mi juego se asentó aún más. Como dice Jack Nicholson en As Good As It Gets: ‘Ella me hace querer ser un mejor hombre’."

Además de sentar cabeza definitivamente, el matrimonio alejó a Daniel de los torneos, y ahora prefiere el juego de $2.000/$4.000 en el Bellagio.

"En el Big Game puedes ganar o perder un millón en una noche. En cambio en los torneos de $10.000 te toma cuatro o cinco días ganar un primer premio de $1 millón; y eso si lo ganas. Por eso prefiero las grandes apuestas."

Aunque no concurre a tantos torneos (donde acumula más de $9 millones en ganancias), Daniel no se alejó del póquer. Es uno de los más prolíficos autores de artículos, además de mantener un vídeo blog en la sala que representa, Full Contact Poker, escribir constantemente en los foros; y sumar su primer libro, Hold’em Wisdom for all Players.
Recientemente también lanzó su DVD Aprende a ganar en el Hold’em Póquer, y está testeando un juego para móviles que lo tiene como imagen principal.
Actividad frenética para un jugador que siempre está buscando formas nuevas para promover el póquer; y que es el gran referente de una camada de jugadores que lo toman como un deporte de exigencia, y creen en el trabajo duro.

"Un buen jugador de póquer en primer lugar tiene disciplina, luego viene el talento, y por último los conocimientos del juego."

Para Daniel Negreanu lo más importante del póquer es su faceta psicológica, cuyo dominio le permite destacarse de forma clara sobre el resto de los jugadores profesionales. "En los niveles más altos todos tienen una comprensión decente de las matemáticas del póquer. Pero todo se trata de una guerra psicológica. Sinceramente, no creo que un jugador puramente matemático tenga muchas chances en el póquer, porque no están psicológicamente preparados para el juego."