Una de las facetas importantes a desarrollar como jugador de poker es la observación, con ella puedes dar vuelta el resultado de una partida.
En el poker hay un antiguo dicho: No son las cartas, es el jugador. Es una manera más filosófica de decir que la partida de poker depende de la situación. Tu mano será buena o mala según la mano de los otros jugadores. K-K es una mano fantástica, pero si otro jugador tiene A-A, tus reyes tendrán una posibilidad del 82% de perder. Imagínate la situación al contrario: Tienes A-10 y el otro jugador tiene J-J. El flop llega a 10-8-6. De repente tus dos 10 tienen solo un 20 % de posibilidades de ganar.
¿Cómo sabes lo que tiene el otro jugador? Observando a los jugadores y conociendo cómo juegan. Imagina que estás en la situación de flop 10-8-6 anterior y que tienes A-A. ¿Qué harías? ¿Has visto al jugador de tu derecha jugando grandes manos poco a poco? Tal vez deberías jugar tus ases con mayor cautela. ¿Le has visto haciendo faroles para intentar llevarse el bote cuando hay cartas “asustadizas” en la mesa? Podrías igualar, o incluso subir, teniendo en cuenta que 10-10 es una mano muy poco común.
Aprende a leer los movimientos de los otros y estate atento a las “pistas”. Las pistas son los hábitos nerviosos que puedes percibir en sus movimientos, como juguetear con las fichas o un anillo, y también están incluidas en el estilo de juego de cada uno. Por ejemplo, es posible que alguien que se haya llevado toda la noche igualando y de repente suba mucho, tenga una mano invencible.
Así que cuando estés en una mesa de poker, deja de lado las redes sociales y cualquier actividad que desvíe tu atención a los jugadores, que los pequeños detalles que dejes escapar puede ser mucho dinero que estés dejando de ganar.