En el juego del Hold ‘em, especialmente No Limit, la agresión es usualmente recompensada. Pero siendo agresivo, estás poniendo a tu oponente en una situación incómoda y lo estás forzando, ya sea a jugar una mano, o a hacer un bluff. Tomas el control del pozo y te pones en el lugar del conductor.
Y a pesar de todo lo bueno que la agresión pueda hacer, todavía veo jugadores demasiados agresivos o haciendo mal uso de la agresión por completo. La agresión es una de las principales herramientas que un jugador de póker tiene, pero necesita ser utilizada con prudencia en todo momento.
Por ejemplo, veo un montón de jugadores jóvenes de salirse de la línea y ser demasiado agresivos con manos como A-Q y A-J. Ponen grandes apuestas con estas manos pensando que están haciendo una jugada inteligente, pero en realidad sólo están asustando a los que tienen poco dinero. Hay muchos malos jugadores en los torneos en estos días, por lo que simplemente no hay excusa para no ser paciente – eventualmente estos jugadores cometerán un error y te llenarán de fichas. No hay necesidad de poner en riesgo una parte tan grande de tu pila con una mano así.
Muchos nuevos jugadores son culpables de abusar de la agresión. Ven a su jugador favorito en la TV presionando con un gran bluff o dominando la mesa con la agresión, y quieren seguir su ejemplo. El problema es que estos nuevos jugadores no tienen ninguna idea de cómo ser agresivo. Tú puedes ser agresivo solamente al azar y tener la esperanza de tomar el control de la acción; tu agresión debe ser calculada.
Saber cuándo ser agresivo es algo que viene con el tiempo y la experiencia. Si careces de ese conocimiento y no tienes ningún sentido del juego que estás jugando, esa agresión se va a volver en contra tuyo.
Les aconsejo a todos los jugadores nuevos a no centrar su juego en la agresión al principio. Tú quieres comenzar jugando sólido con poker muy básico y correcto. Hay que centrarse en los aspectos básicos y, cuando éstos estén dominados, puedes empezar a pensar en llevar la agresividad a tu juego.
Ser agresivos en el poker es un arte muy fino. Ver un jugador como Phil Ivey en la mesa de poker puede ser tan inspiradora como mirar a un Picasso. Pero jugadores como Ivey han afinado su agresión con el tiempo, utilizando su experiencia en las mesas para dar forma a la manera de jugar. Dedícale tu tiempo a las mesas, y también podrás pintar una obra maestra algún día.