¿Cuál es la cualidad más importante de un jugador de poker exitoso? ¿Una mente lógica, un mindset fuerte, un alto coeficiente intelectual? ¿Ser bueno en matemática quizás? Podríamos nombrar decenas, pero una de la que no se habla muy a menudo es la humildad. El poker es muy diferente de aquellas disciplinas donde existe una fuerte correlación entre los resultados obtenidos y tu nivel de habilidad (como una maratón por ejemplo, donde todo se reduce a cuán rápido puedes correr).

La varianza es real e incluso grandes jugadores pueden atravesar malas rachas así como jugadores perdedores pueden disfrutar períodos de ganancias extraordinarias. Mucho se ha escrito sobre cómo los downswings pueden destruir nuestra confianza, ¿pero qué cómo nos afectan los upswings? En este post describo cuatro comportamientos típicos de jugadores que están en una buena racha.

La mentira del upswing

Este es un clásico entre los jugadores de cash. Cada vez que ganan dinero es porque están jugando correctamente, pero cuando pierden dicen que están en un “downswing”. Todos tenemos períodos donde recibimos bad beats por doquier y no conectamos un sólo board pero, ¿estás seguro de que la culpa es sólo de la varianza? Hace un tiempo vi un video de entrenamiento acerca de situaciones que muchos jugadores ni siquiera revisarían asumiendo que son “coolers”, pero en todos los casos se podían plantear líneas más rentables. Es importante mantener los ojos abiertos porque siempre hay aspectos de nuestro juego que podemos mejorar. No dejes que la varianza afecte tu motivación para estudiar o te haga entrar en tilt.

El síndrome de Ryan Riess

Los regulares de MTTs saben mejor que todos que la varianza puede ser brutal en este formato y que buenos jugadores pueden tener períodos interminables sin ningún cobro importante, así como un jugador novato puede “pinchar” un torneo si la suerte lo acompaña. Si a eso le sumamos toda la atención mediática que atraen los jugadores de torneos cuando obtienen un buen resultado, no es de extrañar que sea el ambiente ideal para que el éxito se les suba a la cabeza. La confianza en uno mismo es muy importante pero también hay que ser realista, o no sería extraño que termines perdiendo todo tu bankroll jugando torneos de buy ins cada vez más altos o dando shots en partidas de cash subestimando el nivel de tus rivales. Si alguna vez piensas que eres el mejor jugador del mundo, lamento decirte que probablemente no lo seas por lejos.

La vida está rigged

Esta es una variación del primer punto y se aplica a jugadores que piensan que cada vez que están atravesando un downswing se debe a que las salas de poker están trucadas, como si tuvieran empleados dedicados a presionar botones, decidiendo quién gana, quién pierde y qué carta saldrá en el river. A estos jugadores les encanta contar historias interminables sobre el fish que es paga un 3-bet con 7-2 y liga un full house en el flop. Pienso que ésto es sólo una excusa para no mejorar su juego o quizás una manera para justificar resultados pobres. Si de alguna manera te sientes identificado con esta categoría, te reto a que revises tu base de datos y determines si estás jugando a la perfección cada mano. Si no es así, significa que tu winrate podría ser mejor. Depende de ti.

Demasiado bueno para perder

Algunas personas creen que nunca deberían perder contra un oponente más débil, y si lo hacen dan comienzo a épicas batallas personales en busca de venganza contra ese jugador que los badbeateó. La mayoría de las veces el resultado es que terminan perdiendo aún más dinero tomando líneas complicadas para atrapar al rival y sentirse mejor con ellos mismos. Perder es parte de tu vida si te dedicas a jugar al poker, cualquier jugador puede tener suerte y completar su gutshot en el river. ¿Qué puedes hacer al respecto? ¿Averiguar dónde vive y pedirle que te devuelva tu dinero?

Este artículo de nuestra colega pokera Celeste, no está escrito para desalentar a nadie ni tampoco sonar pesimista: si tienes buenos resultados por supuesto deberías celebrarlos y estar orgulloso de ti mismo.

El problema surge cuando se cruza la línea de la arrogancia, no sólo porque es molesta para los que te rodean sino porque una mala actitud puede detener tu propio crecimiento.

Los mejores jugadores son sus peores críticos; cuestionan su juego todo el tiempo y aprenden de los demás. Una cuota de humildad te permite reconocer tus propios errores y trabajar en ellos, lo cual es clave para mejorar día a día.