Reciprocidad en la posición
“Los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros.” — Jesus
VE AQUÍ LA PRIMERA PARTE, LA SEGUNDA PARTE Y LA TERCERA PARTE DE ESTE GRAN ARTÍCULO (recomendadas para entender a cabalidad este texto)

Piensa en todas las manos de poker. Piensa en la enorme cantidad de manos jugadas en internet y luego agrega todas las manos que se han jugado desde que nació el poker en casas y casinos. Ahora piensa en la suma de todas esas manos, divididas onda por ronda. Todas esas rondas. Millones, billones, chorrillones. Son muchas. Ahora considera lo siguiente: cada una de esas rondas tienen esto en común: alguien sale primero y alguien sale último.
Estoy de acuerdo con todos los que creen que actúa por último es mejor que ser el primero en actuar. Sin embargo, tenemos que prestar atención en esta parte porque es delicada. La reciprocidad en la posición no es la diferencia entre el primero y el último. Es la diferencia entre los primeros y los últimos. Cuando se ve este cuestión bajo el lente de la reciprocidad, la ventaja de posición no le pertenece al jugador que juega por último, sino que al que juega por último con mayor frecuencia. La ventaja de actuar por último existe en todas las rondas de apuestas. Siempre está ahí, en cada momento, como la ventaja de jugar de local en el fútbol. En el fútbol profesional, durante la temporada normal, para mantener todo justo, cada equipo juega la mitad de sus partidos en la casa y la otra mitad en otro lugar. Las reglas no permiten que un equipo cree una ventaja recíproca foldeando sus partidos fuera de casa. Pero el poker sí permite hacer lo anterior. Podemos foldear los “juegos fuera de casa”, nuestras malas posiciones y, por lo tanto, actuar por último con más frecuencia de lo que actuamos primero, creando así una ventaja.
Reciprocidad en el bankroll

Aquí está tu valor bruto. Después de esto, el resto es contabilidad. Puedes decir que tienes un bankroll de poker, pero en realidad lo que tienes es una pared imaginaria entre parte de tu dinero y el resto de éste.
Tras la pared de tu bankroll principal hay otras dos paredes con ruedas que tú construyes y maniobras. Está el dinero que retiras para jugar en la mesa y apostarlo. Ese es un bankroll. Y luego está el resto del dinero que tienes disponible de forma inmediata mientras juegas, como el dinero en tu bolsillo o quizás el dinero en el bolsillo de tu amigo. Dondequiera que esté, si es dinero que no está en la mesa y puedes adquirislo sin perder tu asiento, ese es otro bankroll. Entonces, todo junto, tienes tres bankrolls distintos y eso significa que tienes tres formas de perder todo tu dinero.

 

Puedes quebrar en la mesa, quebrar en el bolsillo o quebrar de verdad.

 

Déjame preguntarte algo: ¿Juegas tu mejor juego cuando te estás quedando sin dinero?

 

Yo no. Cuanto menos preocupado estoy por el dinero, mejor juego. Y creo que lo mismo es verdad para mis oponentes. Entonces, en realidad, todo lo quye tengo que hacer es dividir mi dinero de mejor forma que ellosy terminaré ganando su plata.

 

Renunciando a la reciprocidad

 

“Huir es fácil. La parte difícil es levantarse.” — Yo

Siempre he tenido políticas muy estrictas respecto a renunciar, incluso cuando emnpecé a jugar poker. En aquellos tiempos, tenía dos reglas principales para renunciar que nunca rompí. Renunciaba si me quedaba sin dinero y nadie me prestara y siempre renunciaba cuando todo el resto de los jugadores también lo hacían.
Eventualmente, renuncié a todo eso. Hoy en día veo el renunciar como una habilidad en sí misma, con grupos de habilidades distintas dependiendo de la situación. Saber cuando renunciar en juegos con límite es distinto a saber cuando hacerlo en juegos sin límite. Está el saber cuando renunciar si tienes un compromiso o un horario que cumplir y el saber cuando hacerlo si no tienes nada que hacer. De igual forma cuando estás ganando o perdiendo, sintiéndote bien o mal, Hay muchas maneras de usar la renuncia mejor que tus oponentes.

 

Una característica de los torneos es que nadie puede renunciar. Lo bueno es que es imposible hacer una mala decisión de no saber cuando renunciar a un torneo. El lado malo es que tus oponentes tampoco pueden cometer ese erro lo que significa que no hay ventaja en cuanto a reciprocidad en este aspecto en torneos.

 

Mirando desde cierta perspectiva, he cometido decenas de miles de errores decidiendo retirarme, ocasiones en las que todo estaba mal. Cuando estaba cansado y en tilt y el juego andaba mal. Sin embargo, seguía jugando. Situaciones de verdad horibles en las que no renunciaba jamás. En cada mano jugada tenía la opción de irme, pero jugaba otra y otray esos son errores de retiro consecutivos. Y era solo el comienzo de una seguidilla de estos errores.

 

Con el tiempo fui aprendiendo y empecé a mejorar en esto de retirarme y luego un poco mejor y luego aun mejor, hasta que un día me di cuenta que en todas las sesiones de cash en que jugaba, terminaba retirándome. Y si quería seguir así, tendría que ponerme aun mejor al final de cada sesión, ya que es cuando el retiro sucede. Ninguna acción es una isla. Todas las sesiones, de todos los jugadores, terminan cuando se retiran. La lección es que hay dinero que ganar retirándote bien, ya que es lo que tus oponentes tienden a no hacer.

 

Reciprocidad en el Tilt

 

“Para ganar en el poker, tienes que ser muy bueno para perder.” – Yo

Durante los primeros años de mi carrera en el poker, jugué casi exclusivamente en casas donde el juego era siempre loose y descuidado. Todo lo que tenía que hacer era jugar tight, que había aprendido a hacer. El problema era que también aprendí a entrar en tilt.
Y lo hacía con ganas y en distintas maneras. A veces era un tilt enojado, otras un tilt demasiado loose, otras demasiado tight, demasiado agresivo, muy pasivo, apostando demasiado, jugando mucho tiempo, jugando cansado, sintiendo que me debían algo, molesto, sintiéndome injusticiado, frustrado, con poco dinero, con demasiado dinero, avergonzado, distraído, asustado, envidioso, bluffero, etc. Y estaba el peor tipo de tilt: los que sentía que tenía que recuperar la plata.
Entraba en tilt y miraba hacia mis tilts anteriores y vi que habían ciclos y ciclos dentro de ciclos. Así, comencé a ver todo mi futuro en el poker como una fluctuación entre tight y tilt. Me di cuenta de que, si me iba a la quiebra en el poker, no sería porque lo mejor que tengo no sería suficiente, sino que porque lo peor que tengo sería suficiente para hundirme.
Un gran día en mi carrera fue cuando me di cuenta que el día siguiente seguiría entrando en tilt. No había una solución mágica. Este cambio sería gradual. Me di cuenta que, si pudiera soportar mayores períodos de tiempo sin entrar en tilt, mis tilts serían menos malos que la vez anterior. Solo así lograría el impulso necesario. Con menos frecuencia y menos graedad, Eso es lo que me repetía diariamente.
Eso fue hace quince años y 30 mil horas de poker atrás. En ese tiempo, he aprendido a controlar mis acciones y mis pensamientos.

 

Sigue el artículo en la parte 5.

 

Autor: Tommy Angelo
Traducción: Bernardo Domingues (PokerChile)
Fuente: TommyAngelo.com

Reciprocidad: La Causa de la ganancia en el poker
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