¿Cuántas veces se ha dejado llevar por sensaciones para tomar una decisión?
La realidad es que solucionar un conflicto o simplemente dar un ‘OK’ a un acuerdo de colaboración a través de la intuición es a veces la vía más sencilla para llevar a cabo cualquier acción en el mundo del poker. ¿Pero es lo correcto? ¿Lo estamos haciendo bien?
El objetivo es no errar y en muchas ocasiones el ‘expertice’ acumulado, gana la partida a través de las sensaciones gracias al llamado pensamiento intuitivo. Es decir, esa habilidad para comprender o percibir algo de manera clara sin intervención de la razón y sin emplear un análisis previo, el cual tiene por igual tanto detractores como seguidores, frente al denominado pensamiento analítico que, cobra fuerza en el entorno pokeril con los programas de análisis de manos.
Para entender quien gana ese debate, hay que señalar que el pensamiento intuitivo normalmente no posee método científico y es más bien producto del inconsciente. Además no suele tener una relación concreta entre las conclusiones obtenidas y la forma en la que se llegó a dichas conclusiones, estando muy marcado por la experiencia. El resultado es que no produce convicción de verdad, es solo preferente.
Pese a la ‘mala prensa’ del término, son muchas investigaciones las que han demostrado que el pensamiento intuitivo puede ser tan real y efectivo como el racional y que a veces incluso lo apoya y hasta lo supera, gracias a esos datos que involuntariamente almacenamos en nuestro cerebro.
La cuestión es que sin conocimientos previos y sin información acumulada es muy difícil que ese pensamiento intuitivo cobre eficacia en decisiones de nuestras jugadas, donde se impone cada vez más conjugar adecuadamente el componente racional y el intuitivo, sin olvidar, también, a la espontaneidad y la creatividad frente, al necesario análisis detallado y racional..
Sin embargo, la accesibilidad de los datos ha marcado un cambio de tendencia notable, cobrando especial protagonismo la importancia de contar con un pensamiento analítico en una mano de poker para poder tomar decisiones con un mayor grado de acierto.
La respuesta a esta cuestión es muy sencilla: tener actitud, hábitos y conocimientos. El pensamiento analítico debe prevalecer sobre el intuitivo en la era de los datos. Además, hay una serie de tips que debe aplicar cualquier jugador de poker para que su juego sea lo más rentable posible.
Pautas básicas a tener en cuenta:
- Mentalidad analítica y crítica en la comprensión de situaciones, la formulación de preguntas y el uso de datos.
- Abandonar prejuicios de toma de decisiones basadas en la intuición, la historia o el control del poder y de la información.
- Interés y actitud abierta y proactiva hacia el uso de números.
- Curiosidad por los métodos, técnicas y herramientas para la gestión y el análisis de datos.
- Sustituir las conversaciones basadas en la opinión por conversaciones sustentadas en evidencias.
- Usar los datos en estudios de sesiones grupales para discutir y analizar los problemas y tomar las mejores decisiones en manos dadas.
- Revisar activamente los datos que soportan ideas, intuiciones, hechos, teorías y observaciones.
- Asegurar que los datos son los relevantes, precisos y de calidad y se están interpretando correctamente.
- Disponer de competencias básicas para el uso de los distintos software de análisis de manos.
- Hacerse preguntas y buscar evidencias, clave para el éxito.
La inteligencia analítica no es una moda y los jugadores deben reconocer el valor estratégico de la información para obtener mayores resultados, ya que la información añade valor a cada jugada, lo que a la larga eso se transforma en ganancias.
Por ello, cada jugadores está obligado a poseer en su seno una cultura analítica orientándose a los datos que son los que extienden el pensamiento analítico a toda estrategia de juego. Los jugadores deben definitivamente acostumbrarse a cuestionar cada jugada y buscar la jugada con mayor EV frente a la intuición que aleja a estos de la inteligencia necesaria para afrontar con el mayor acierto posible.