A veces le tienes tan poca fe a tu mano que no quieres ni ver el flop.

Uno de los clásicos en el póker es hacer all in, mostrar tus cartas y pararte de la mesa, pues los nervios te superan. Sin embargo, lo que hizo el norteamericano Badih Bounahra en la WSOP sale de toda lógica.

Bounahra simplemente se fue y se quedó en el “rail” del torneo viendo desde muy lejos su mano, esperando que le dijeran que había perdido todo con su 8,7 ante un K,K del ruso Peteychuk. No obstante, al llegar a retirar sus cosas para irse a casa se encontró con una gran sorpresa.